En agosto los guardaparques de la Concesión para la Conservación de la reserva Yanayacu Maquia no duermen en sus laureles.
Los cazadores furtivos, cada vez más decididos, hicieron numerosos intentos de entrar en la zona en busca de paiches (Arapaima gigas) y otras especies de peces. Una docena de ellos fueron desalojados durante una intervención en la Romaina.
Afortunadamente, a Iván y su equipo no les faltan ideas y han reforzado las barreras flotantes, un ingenioso sistema que ya ha demostrado su eficacia y que les permite ganar tiempo para ir a buscar refuerzos durante las intrusiones.
En el lado de la Maquia la situación es igual de crítica y la policía tuvo que intervenir para reforzar el trabajo realizado en esta zona. Una intervención muy apreciada por los guardabosques y que suele afectar considerablemente a la determinación de los cazadores furtivos, por lo menos algunos meses.
En agosto los guardaparques de la Concesión para la Conservación de la reserva Yanayacu Maquia no duermen en sus laureles.
Los cazadores furtivos, cada vez más decididos, hicieron numerosos intentos de entrar en la zona en busca de paiches (Arapaima gigas) y otras especies de peces. Una docena de ellos fueron desalojados durante una intervención en la Romaina.
Afortunadamente, a Iván y su equipo no les faltan ideas y han reforzado las barreras flotantes, un ingenioso sistema que ya ha demostrado su eficacia y que les permite ganar tiempo para ir a buscar refuerzos durante las intrusiones.
En el lado de la Maquia la situación es igual de crítica y la policía tuvo que intervenir para reforzar el trabajo realizado en esta zona. Una intervención muy apreciada por los guardabosques y que suele afectar considerablemente a la determinación de los cazadores furtivos, por lo menos algunos meses.