El sábado 26 de octubre, se llevó a cabo el último intercambio de prácticas entre productores de cacao en el centro poblado de José Carlos Mariátegui en Tingo María. Esta jornada marcó un momento significativo para los 28 participantes (5 niños y niñas, 13 mujeres y 10 hombres), quienes pudieron apreciar el camino recorrido a lo largo de los meses. Después de dos años de capacitación intensiva en meliponicultura (apicultura sin aguijón), pudieron disfrutar la satisfacción de cosechar sus primeras cajas de miel de abejas nativas.
Una marca local para la miel: “Nativa Miel”
La comercialización de la miel de la abeja Tetragonisca angustula está en marcha, y los participantes eligieron el nombre “Nativa Miel” para la marca. La elección fue elegida con entusiasmo, reforzando su compromiso con esta nueva fuente de ingresos. Esta decisión destaca también la importancia de una identidad colectiva en la valorización de los productos locales.
Fortaleciendo capacidades cooperativas y buenas prácticas
Durante el día, los participantes participaron en capacitaciones esenciales. El primer taller se centró en el cooperativismo, un modelo de asociación clave para una organización duradera y equitativa, abordando preguntas fundamentales como por qué y cómo asociarse. Luego, una capacitación en buenas prácticas de manufactura ayudó a fortalecer las competencias necesarias para garantizar la calidad y seguridad del producto, algo fundamental para acceder a un mercado formal.
Taller de cosecha: transmisión de conocimientos con un experto en meliponicultura
Una sesión especial sobre la cosecha de la miel de Tetragonisca angustula fue dirigida por el especialista Miler Eduard Duran Bartolomé, guardaparque del Área de Conservación Regional Bosque Montano Carpish. Este taller brindó a los participantes una capacitación práctica, complementando los conocimientos adquiridos durante el año en meliponicultura y permitiéndoles dominar los procesos de cosecha con dos técnicas de extracción de la miel diferentes.
Un intercambio inspirador de experiencias entre comunidades
La pasantía también incluyó la visita al vivero comunitario de la comunidad de José Carlos Mariátegui. Este momento de intercambio permitió que otros grupos observarán el trabajo organizado y colectivo de esta comunidad, que resultó ser inspirador y motivador. Los visitantes presenciaron la producción de biol (un abono orgánico), la distribución de tareas y las estrategias para superar desafíos organizativos. Esta inspiración mutua renovó la motivación para continuar los esfuerzos en favor de la conservación ambiental.
Para los más pequeños: educación en conservación e igualdad de género
Para los más jóvenes, se dispuso de un espacio de dibujo con temas de conservación e igualdad de género. Esta iniciativa tiene como objetivo sensibilizar a los niños desde temprana edad, permitiéndoles participar de manera activa en las jornadas de capacitación.
Los primeros frutos de la cosecha: hacia una alternativa económica sostenible
Con la primera cosecha, el grupo planea aprovechar la semana forestal para la primera venta oficial de “Nativa Miel”. Las ganancias de esta venta servirán para invertir en nuevas cajas para las abejas, además de mejorar la economía familiar, permitiéndoles comprar regalos de Navidad para sus hijos. Este es un momento de alegría que marca los primeros resultados concretos de esta alternativa económica sostenible para las familias de la comunidad de José Carlos Mariátegui.
Conclusión
Esta última pasantía del año representa el fruto de dos años de esfuerzo colectivo y la implementación de prácticas concretas hacia una economía alternativa, viable y respetuosa del medio ambiente. Este proyecto refleja la importancia de un trabajo cooperativo bien estructurado y la esperanza de establecer fuentes de ingresos sostenibles a nivel local.
¡Qué felicidad y orgullo para los participantes ver los primeros resultados y vislumbrar un futuro prometedor para sus comunidades!
El sábado 26 de octubre, se llevó a cabo el último intercambio de prácticas entre productores de cacao en el centro poblado de José Carlos Mariátegui en Tingo María. Esta jornada marcó un momento significativo para los 28 participantes (5 niños y niñas, 13 mujeres y 10 hombres), quienes pudieron apreciar el camino recorrido a lo largo de los meses. Después de dos años de capacitación intensiva en meliponicultura (apicultura sin aguijón), pudieron disfrutar la satisfacción de cosechar sus primeras cajas de miel de abejas nativas.
Una marca local para la miel: “Nativa Miel”
La comercialización de la miel de la abeja Tetragonisca angustula está en marcha, y los participantes eligieron el nombre “Nativa Miel” para la marca. La elección fue elegida con entusiasmo, reforzando su compromiso con esta nueva fuente de ingresos. Esta decisión destaca también la importancia de una identidad colectiva en la valorización de los productos locales.
Fortaleciendo capacidades cooperativas y buenas prácticas
Durante el día, los participantes participaron en capacitaciones esenciales. El primer taller se centró en el cooperativismo, un modelo de asociación clave para una organización duradera y equitativa, abordando preguntas fundamentales como por qué y cómo asociarse. Luego, una capacitación en buenas prácticas de manufactura ayudó a fortalecer las competencias necesarias para garantizar la calidad y seguridad del producto, algo fundamental para acceder a un mercado formal.
Taller de cosecha: transmisión de conocimientos con un experto en meliponicultura
Una sesión especial sobre la cosecha de la miel de Tetragonisca angustula fue dirigida por el especialista Miler Eduard Duran Bartolomé, guardaparque del Área de Conservación Regional Bosque Montano Carpish. Este taller brindó a los participantes una capacitación práctica, complementando los conocimientos adquiridos durante el año en meliponicultura y permitiéndoles dominar los procesos de cosecha con dos técnicas de extracción de la miel diferentes.
Un intercambio inspirador de experiencias entre comunidades
La pasantía también incluyó la visita al vivero comunitario de la comunidad de José Carlos Mariátegui. Este momento de intercambio permitió que otros grupos observarán el trabajo organizado y colectivo de esta comunidad, que resultó ser inspirador y motivador. Los visitantes presenciaron la producción de biol (un abono orgánico), la distribución de tareas y las estrategias para superar desafíos organizativos. Esta inspiración mutua renovó la motivación para continuar los esfuerzos en favor de la conservación ambiental.
Para los más pequeños: educación en conservación e igualdad de género
Para los más jóvenes, se dispuso de un espacio de dibujo con temas de conservación e igualdad de género. Esta iniciativa tiene como objetivo sensibilizar a los niños desde temprana edad, permitiéndoles participar de manera activa en las jornadas de capacitación.
Los primeros frutos de la cosecha: hacia una alternativa económica sostenible
Con la primera cosecha, el grupo planea aprovechar la semana forestal para la primera venta oficial de “Nativa Miel”. Las ganancias de esta venta servirán para invertir en nuevas cajas para las abejas, además de mejorar la economía familiar, permitiéndoles comprar regalos de Navidad para sus hijos. Este es un momento de alegría que marca los primeros resultados concretos de esta alternativa económica sostenible para las familias de la comunidad de José Carlos Mariátegui.
Conclusión
Esta última pasantía del año representa el fruto de dos años de esfuerzo colectivo y la implementación de prácticas concretas hacia una economía alternativa, viable y respetuosa del medio ambiente. Este proyecto refleja la importancia de un trabajo cooperativo bien estructurado y la esperanza de establecer fuentes de ingresos sostenibles a nivel local.
¡Qué felicidad y orgullo para los participantes ver los primeros resultados y vislumbrar un futuro prometedor para sus comunidades!