Publicado el: 21/07/20192 min de lectura

El lombricompostage es una técnica que permite producir un abono orgánico que alimenta las plantas y mejora la cualidad del suelo, valorizando los subproductos orgánicos de la finca. La materia orgánica esta recuperada para servir de alimentación principal a una cría de lombrices. Esos al digerirla, la transforman poco a poco en compost que podría ser difundido a los pies de los cultivos. Los cafeticultores de la Serranía del Perijá nos hablaron de su voluntad de aprender más sobre la lombricultura, para reducir la cantidad de insumos químicos sobre sus tierras,  incluso empezar a cultivar algunas parcelas de manera orgánica.  En este mes de Julio, dos capacitaciones sobre la lombricultura fueron dispensados, reunión 12 fincas, listas para recurrir a nuevas prácticas. Las lombrices utilizaron por la lombricultura son de la especias de los Eisenia Foetida. Para empezar una cría, pequeñitas cantidades de lombrices y de materia orgánica son suficientes. En una bandera con un fondo pinchado, inclinada y colocado en el mismo suelo, son elaboradas diferentes estratos. Esas pueden estar constituyas de tierra, de compost, de estiércol, peladuras de verduras y de cartón. Es en este medio ambiente que son introducidas las lombrices. La lombricultura es una práctica sencilla, económica y ecológica, pero que necesita una poca de cuida. Las lombrices viven en la humedad y la obscuridad. Es importante mantenerlos a salvo del sol, en un lugar húmedo, y de darles de comer regularmente. Si las condiciones son reunidas, el crecimiento exponencial de la población permite de añadir más materia orgánica, y de aumentar la producción de abono. El lombricompostage permite acelerar la descomposición de la materia orgánica, y de obtener un compost de mejor cualidad. En comparación con un compost tradicional, una lombricomposta produce 5 veces más de nitrógeno, 7 veces más de fosforo, 5 veces más de potasio y 2 veces más de calcio. Una vez los abonos listos, se extenderán a los pies de los cultivos de la Serranía del Perijá, para ofrecernos un café cada vez más sabroso y respetuoso del medio ambiente.  

El lombricompostage es una técnica que permite producir un abono orgánico que alimenta las plantas y mejora la cualidad del suelo, valorizando los subproductos orgánicos de la finca. La materia orgánica esta recuperada para servir de alimentación principal a una cría de lombrices. Esos al digerirla, la transforman poco a poco en compost que podría ser difundido a los pies de los cultivos. Los cafeticultores de la Serranía del Perijá nos hablaron de su voluntad de aprender más sobre la lombricultura, para reducir la cantidad de insumos químicos sobre sus tierras,  incluso empezar a cultivar algunas parcelas de manera orgánica.  En este mes de Julio, dos capacitaciones sobre la lombricultura fueron dispensados, reunión 12 fincas, listas para recurrir a nuevas prácticas. Las lombrices utilizaron por la lombricultura son de la especias de los Eisenia Foetida. Para empezar una cría, pequeñitas cantidades de lombrices y de materia orgánica son suficientes. En una bandera con un fondo pinchado, inclinada y colocado en el mismo suelo, son elaboradas diferentes estratos. Esas pueden estar constituyas de tierra, de compost, de estiércol, peladuras de verduras y de cartón. Es en este medio ambiente que son introducidas las lombrices. La lombricultura es una práctica sencilla, económica y ecológica, pero que necesita una poca de cuida. Las lombrices viven en la humedad y la obscuridad. Es importante mantenerlos a salvo del sol, en un lugar húmedo, y de darles de comer regularmente. Si las condiciones son reunidas, el crecimiento exponencial de la población permite de añadir más materia orgánica, y de aumentar la producción de abono. El lombricompostage permite acelerar la descomposición de la materia orgánica, y de obtener un compost de mejor cualidad. En comparación con un compost tradicional, una lombricomposta produce 5 veces más de nitrógeno, 7 veces más de fosforo, 5 veces más de potasio y 2 veces más de calcio. Una vez los abonos listos, se extenderán a los pies de los cultivos de la Serranía del Perijá, para ofrecernos un café cada vez más sabroso y respetuoso del medio ambiente.  

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