Publicado el: 30/10/20221,9 min de lectura

El mes de septiembre fue dedicado al seguimiento de las parcelas de los participantes del proyecto que sembraron durante el invierno 2021. A pesar de temperaturas particularmente elevadas en el departamento del Tarn, y de las sequias del verano, el seguimiento juicioso de los participantes del proyecto permitió limitar perdidas. Las siembras cuentan con una tasa de sobrevivencia que van del 55% al 98% según las parcelas, con una tasa promedia de 80%.

Varios elementos claves incidieron para el cuidado de los arboles sembrados. Cubrir el suelo de paja permitió conservar al máximo la frescura y la humedad en el suelo al nivel de las raíces de los árboles. El riego y su frecuencia también tuvo influencia: los participantes que regaron 4 o 5 veces los arboles en el verano tuvieron mejores resultados. Parece también que el tamaño del hoyo de plantación tuvo: la tierra menos compactada al lado de las raíces conservó mejor el agua. 

Por otro lugar, se observa este año en el Tarn una proliferación importante de ratones de campo que comen las raíces de los arboles juveniles y pueden ocasionar sur muerte. Se identifica también presencia del insecto Stictocephala bisonia que se nutre de la sabia de los árboles y generan retrasos de crecimiento, aunque no sea letal para el árbol. 

En ultimo lugar, la ubicación de los arboles sembrados tuvo mucha influencia: es mucho más fácil mantener arboles sembrados en zonas ya arborizadas. En el medio una pradera o una parcela de siembra, el arbolito padece del viento y las quemas del sol y tiene que competir con las gramíneas para los nutrientes del suelo. Sin embargo, su presencia en pradera y campo abierto es donde mas lo necesitamos. Son estos arboles que en pocos años podrán proteger a los cultivos de extremas climáticos tales como las canículas y heladas y que contribuirán a restaurar biodiversidad en las parcelas. 

Así, restaurar parcelas agrícolas y sus suelos gracias a los árboles se volverá cada día más difícil por los efectos del cambio climático que van aumentando. ¡No esperemos más para sembrar!

El mes de septiembre fue dedicado al seguimiento de las parcelas de los participantes del proyecto que sembraron durante el invierno 2021. A pesar de temperaturas particularmente elevadas en el departamento del Tarn, y de las sequias del verano, el seguimiento juicioso de los participantes del proyecto permitió limitar perdidas. Las siembras cuentan con una tasa de sobrevivencia que van del 55% al 98% según las parcelas, con una tasa promedia de 80%.

Varios elementos claves incidieron para el cuidado de los arboles sembrados. Cubrir el suelo de paja permitió conservar al máximo la frescura y la humedad en el suelo al nivel de las raíces de los árboles. El riego y su frecuencia también tuvo influencia: los participantes que regaron 4 o 5 veces los arboles en el verano tuvieron mejores resultados. Parece también que el tamaño del hoyo de plantación tuvo: la tierra menos compactada al lado de las raíces conservó mejor el agua. 

Por otro lugar, se observa este año en el Tarn una proliferación importante de ratones de campo que comen las raíces de los arboles juveniles y pueden ocasionar sur muerte. Se identifica también presencia del insecto Stictocephala bisonia que se nutre de la sabia de los árboles y generan retrasos de crecimiento, aunque no sea letal para el árbol. 

En ultimo lugar, la ubicación de los arboles sembrados tuvo mucha influencia: es mucho más fácil mantener arboles sembrados en zonas ya arborizadas. En el medio una pradera o una parcela de siembra, el arbolito padece del viento y las quemas del sol y tiene que competir con las gramíneas para los nutrientes del suelo. Sin embargo, su presencia en pradera y campo abierto es donde mas lo necesitamos. Son estos arboles que en pocos años podrán proteger a los cultivos de extremas climáticos tales como las canículas y heladas y que contribuirán a restaurar biodiversidad en las parcelas. 

Así, restaurar parcelas agrícolas y sus suelos gracias a los árboles se volverá cada día más difícil por los efectos del cambio climático que van aumentando. ¡No esperemos más para sembrar!

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