La resiliencia del suelo se podría definir fácilmente como la capacidad que tiene un suelo de volver a su estado natural luego de haber sido degradado. Es un concepto que fácilmente podemos aplicar a las personas, las cuales han sido golpeadas por diversas situaciones difíciles como las que se viven en el campo, pero creemos firmemente en la teoría que allá donde se viven circunstancias más complejas se potencian las virtudes y bondades. Una gran afirmación reflejada en nuestras comunidades rurales resilientes, que aunque tengamos mucho que aprender aun, seguimos en pie de lucha.
La base de la economía tiene una línea directa con un recurso muy importante, el suelo, un recurso natural y esencial para sostener la vida en la tierra, nos proporciona nutrientes, agua, minerales para las plantas, almacén de carbón y es el hogar de millones de organismos y microorganismos. Sin embargo, la cantidad de suelo fértil viene disminuyendo a un ritmo alarmante por prácticas inadecuadas que impactan negativamente este recurso, como la tala de bosque, quemas, sobrepastoreos, uso de agroquímicos, utilización inadecuada de maquinaria agrícola, minería, entre otros. Comprometiendo así la capacidad de las familias campesinas de cultivar alimentos para la población. El suelo fértil sin los bosques no es posible, ambos se necesitan el uno al otro para poder funcionar correctamente, es por esto que, en el marco del proyecto la conservación del suelo hace parte de uno de nuestro plus, que en conjunto con las comunidades tratamos aprendes más sobre su dinámica y función. Los trabajos de campo, los talleres y las capacitaciones han reforzado el sentido de pertenencia por protegerlo, los compromisos firmados entre los agricultores por conservar los bosques, la disminución de agroquímico, reducción de la quema y la adaptación de los sistemas productivos en (agroforestales, silvopastoril, conservación) de refuerzo a este sentir. Hoy día en lo que va del proyecto con los campesinos ya elaboran abonos orgánicos y biopreparados permitiéndoles devolver todos aquellos nutrientes que han sido extraídos del suelo por sus cosechas, empezando a marcar su propia ruta sostenible que les permitan tener un suelo resiliente. Poco a poco logramos hacerles entender mejor la función que tiene la naturaleza y sus procesos regenerativos naturales, así como también la importancia de complementar las prácticas productivas con su entorno.
La resiliencia del suelo se podría definir fácilmente como la capacidad que tiene un suelo de volver a su estado natural luego de haber sido degradado. Es un concepto que fácilmente podemos aplicar a las personas, las cuales han sido golpeadas por diversas situaciones difíciles como las que se viven en el campo, pero creemos firmemente en la teoría que allá donde se viven circunstancias más complejas se potencian las virtudes y bondades. Una gran afirmación reflejada en nuestras comunidades rurales resilientes, que aunque tengamos mucho que aprender aun, seguimos en pie de lucha.
La base de la economía tiene una línea directa con un recurso muy importante, el suelo, un recurso natural y esencial para sostener la vida en la tierra, nos proporciona nutrientes, agua, minerales para las plantas, almacén de carbón y es el hogar de millones de organismos y microorganismos. Sin embargo, la cantidad de suelo fértil viene disminuyendo a un ritmo alarmante por prácticas inadecuadas que impactan negativamente este recurso, como la tala de bosque, quemas, sobrepastoreos, uso de agroquímicos, utilización inadecuada de maquinaria agrícola, minería, entre otros. Comprometiendo así la capacidad de las familias campesinas de cultivar alimentos para la población. El suelo fértil sin los bosques no es posible, ambos se necesitan el uno al otro para poder funcionar correctamente, es por esto que, en el marco del proyecto la conservación del suelo hace parte de uno de nuestro plus, que en conjunto con las comunidades tratamos aprendes más sobre su dinámica y función. Los trabajos de campo, los talleres y las capacitaciones han reforzado el sentido de pertenencia por protegerlo, los compromisos firmados entre los agricultores por conservar los bosques, la disminución de agroquímico, reducción de la quema y la adaptación de los sistemas productivos en (agroforestales, silvopastoril, conservación) de refuerzo a este sentir. Hoy día en lo que va del proyecto con los campesinos ya elaboran abonos orgánicos y biopreparados permitiéndoles devolver todos aquellos nutrientes que han sido extraídos del suelo por sus cosechas, empezando a marcar su propia ruta sostenible que les permitan tener un suelo resiliente. Poco a poco logramos hacerles entender mejor la función que tiene la naturaleza y sus procesos regenerativos naturales, así como también la importancia de complementar las prácticas productivas con su entorno.