Eric Thuriès

Apicultor afincado en Revel (31), Éric Thuriès desarrolla en su parcela un proyecto api-forestal que combina árboles frutales, árboles de campo melíferos y abejas en una parcela con doble finalidad productiva y educativa. Natural de Revel, desea que las escuelas y empresas locales participen en la replantación de árboles en su zona.

En primer lugar, me gustaría hablarles un poco de mí y de quién soy.

Me llamo Eric Thuriès, soy nieto de agricultor y me formé en piscicultura en el LEGTA Louis Pasteur de La Canourgue, en Lozère.

He trabajado en varios campos: piscicultura, en una fábrica, en la distribución de un supermercado, en una administración local… Pero siempre he querido volver a la naturaleza. Una convicción profunda: volver a lo básico, a lo esencial. A pesar de los consejos de mis antepasados que me decían que «hiciera otra cosa que trabajar la tierra», que era un trabajo demasiado duro y poco reconocido. Es cierto que es difícil, pero alimentado por los valores locales y sensible a la naturaleza, levanté el vuelo. Y gracias a Envol Vert, a otras personas afines y al apoyo de mis allegados, ya no me siento solo, y eso me da fuerzas para continuar esta aventura…

Conocí Envol Vert a través de un artículo publicado en el Dépêche du Tarn en las redes sociales en el que se explicaban las actividades de plantación y formación para propietarios de proyectos y agricultores del Tarn.

Mi pareja y yo conocíamos las actividades de Envol Vert y buscábamos una formación para mejorar nuestras competencias, así que acudimos a una reunión informativa en Les Cabrols el 8 de septiembre de 2022.

La reunión fue presentada por Axel Boyon, y ahí empezó todo 😉🌳🐝

Sí, completamente, porque la formación (10 días) me permitió madurar mi proyecto, clasificar y priorizar mis objetivos, conocer las instituciones que serían beneficiosas para mi puesta en marcha y crear una extraordinaria red de agricultores afines (¡no estás solo!).

Para que la parcela fuera educativa, tuvimos que pensar al máximo en las interacciones entre la flora y la fauna, y hacerla lo más práctica y atractiva posible (aún queda trabajo por hacer).

Desde este invierno, hemos acogido no menos de 7 proyectos de plantación, con actividades de sensibilización para jóvenes y mayores (colegios, institutos, empresas de nutrición y salud, etc.).

El objetivo es mantener el impulso plantando árboles en la parcela y sus alrededores (en el polígono industrial) con las partes interesadas locales, para embellecer la zona y disfrutar de los beneficios de los árboles.

La api-forestería es una combinación de apicultura y agroforestería que proporciona néctar y polen en floración continua durante todo el año, favoreciendo el desarrollo de las colonias.

Con el cambio climático y la escasez de ciertos recursos, los árboles están en el centro de todo lo que hacemos para combatirlo.

He estado pensando en tener árboles de floración escalonada en mi entorno inmediato. Esto será bueno para mis abejas, pero no es lo único… Los árboles que he elegido también tienen otros beneficios.
El colmenar se ha diseñado para ser multiusos: además de producir miel de la forma tradicional, se ha diseñado para proporcionar otros usos (fruta, biomasa, cestería, escondites y refugio para la fauna, alojamiento y recogida de fruta, etc.).

El reto consistía en plantar lo máximo posible para tener un impacto visible en la comunidad local y, a través de la salud del medio ambiente, concienciar a la gente.

Así pues, hay que unir al mayor número posible de personas en torno a un objetivo común, explicando al mismo tiempo los beneficios que ello puede reportar para un futuro más deseable.

En la palabra «campesino» hay «país» (territorio) y quiero conseguir que el mayor número posible de personas se sume a este territorio.

A nivel local, espero que esto aporte beneficios visibles y una mejor forma de vivir en armonía con la naturaleza, un lugar de encuentro y un ejemplo a imitar en otros lugares.

La naturaleza no nos necesita, pero nosotros la necesitamos para vivir.

El desarrollo de la apicultura en asociación con los árboles sigue siendo una herramienta educativa esencial. Todos y cada uno de nosotros debemos contribuir a proteger o renaturalizar nuestro «territorio». El cambio climático se hace sentir cada vez más, con picos de temperatura interanuales que ponen en peligro ciertas especies y especies arbóreas. También hay repercusiones en la salud de las personas: contaminación, islas de calor, etc.

Mi objetivo es claro: ser ese pequeño engranaje que alimenta y moviliza al mayor número posible de personas por un horizonte más natural y saludable. Y esto se hace concienciando y haciendo entender que todas nuestras acciones tienen impactos positivos o negativos: el uno es todo y el todo es uno.

Abejas y árboles, ¡eso lo dice todo!