Proyecto realizado de diciembre del 2013 al 2017, en asociación con la Fundación Del Río y la Asociación Bartola de Turismo Sostenible (ATSB), en el sur de Nicaragua, en la comunidad de 26 familias de Bartola, en la zona de amortización de la segunda reserva más grande del país: Indio Maiz, un área particularmente amenazada por la deforestación. Su objetivo ha sido generar cambios productivos en las fincas con el fin de reducir el espacio ocupado por la agricultura y la ganadería, reducir las prácticas de deforestación y reforestar parcelas. Se basó en particular en la implementación de prácticas agrícolas más sostenibles y parcelas de sivopastoralismo y agroforestería.
La tala y quema, una práctica a modificar
La mayoría de los habitantes de Bartola llegaron hace menos de 20 años, en un contexto fuertemente marcado por el desplazamiento de la población. Las condiciones de aislamiento geográfico y comunicación dificultan el acceso a los mercados, lo que obliga a los agricultores a concentrar la agricultura en la ganadería. Una crianza poco productiva y extensa.
Los cultivos, principalmente los de subsistencia, también sufren rendimientos bajos e inciertos. A veces hay un conflicto entre el ganado y los cultivos, especialmente en torno a la técnica de tala y quema.
La tala y quema es la técnica principal utilizada para limpiar y fertilizar parcelas. Consiste en talar árboles en una parcela forestal y luego prenderles fuego. Es una técnica adaptada a las condiciones de esta población porque requiere poca mano de obra y herramientas y aporta fertilidad. Pero el barbecho necesario para la sostenibilidad del sistema no se respeta.
Solución: una intensificación centrada en el potencial de los árboles locales
Exploración del Proyecto Silvopastoralismo
El proyecto Silvopastoralismo en video
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