Aunque el aislamiento social continúa en Perú hasta finales de julio, los equipos se están organizando para un regreso gradual al campo. Trabajo de precisión para este proyecto que abarca un gran territorio de acción.
En el mundo rural peruano no es raro tener que tratar con comunidades autogestionadas. Cada una tiene líderes que gobiernan las normas vigentes en los pueblos. La cuarentena no excedió su legitimidad y cada centro poblado adoptó las regulaciones que les parecían más adecuadas. Con el objetivo de prepararse para el deconfinamiento, los equipos locales de Envol Ver tuvieron que adaptarse a esta situación extraordinaria y adoptar un comportamiento y una rutina de trabajo coherente con cada localidad. Un desafío cuando intervenimos en más de 8 localidades diferentes.
Paralelamente, pudimos obtener un derecho de movilidad regional gracias al apoyo de la cooperativa aliada del proyecto. A pesar de todo, observamos que este período complicado nos permitió fortalecer aún más los lazos e intercambios con nuestros aliados de campo.
Una vez que se garantizaron las autorizaciones, los equipos comenzaron una fase de organización de los grupos de agricultores. Subgrupos se han diseñado para facilitar la realización del trabajo y la distribución de tareas (llenar las bolsas con tierra, trasplantar los árboles jóvenes, distribuir los que están listos para la instalación, etc.) y así minimizar los riesgos.
Hoy, los equipos han retomado la gestión de las actividades de campo a diario con la conformidad de un estricto protocolo de higiene. Sin embargo, aún tendremos que esperar la reactivación de ciertas actividades, como las capacitaciones, que generalmente se lleva a cabo de manera colectiva.
Aunque el aislamiento social continúa en Perú hasta finales de julio, los equipos se están organizando para un regreso gradual al campo. Trabajo de precisión para este proyecto que abarca un gran territorio de acción.
En el mundo rural peruano no es raro tener que tratar con comunidades autogestionadas. Cada una tiene líderes que gobiernan las normas vigentes en los pueblos. La cuarentena no excedió su legitimidad y cada centro poblado adoptó las regulaciones que les parecían más adecuadas. Con el objetivo de prepararse para el deconfinamiento, los equipos locales de Envol Ver tuvieron que adaptarse a esta situación extraordinaria y adoptar un comportamiento y una rutina de trabajo coherente con cada localidad. Un desafío cuando intervenimos en más de 8 localidades diferentes.
Paralelamente, pudimos obtener un derecho de movilidad regional gracias al apoyo de la cooperativa aliada del proyecto. A pesar de todo, observamos que este período complicado nos permitió fortalecer aún más los lazos e intercambios con nuestros aliados de campo.
Una vez que se garantizaron las autorizaciones, los equipos comenzaron una fase de organización de los grupos de agricultores. Subgrupos se han diseñado para facilitar la realización del trabajo y la distribución de tareas (llenar las bolsas con tierra, trasplantar los árboles jóvenes, distribuir los que están listos para la instalación, etc.) y así minimizar los riesgos.
Hoy, los equipos han retomado la gestión de las actividades de campo a diario con la conformidad de un estricto protocolo de higiene. Sin embargo, aún tendremos que esperar la reactivación de ciertas actividades, como las capacitaciones, que generalmente se lleva a cabo de manera colectiva.