La selva amazónica, uno de los ecosistemas más ricos y preciosos del planeta, sigue revelando sus secretos. Gracias a los grandes avances tecnológicos en materia de conservación de la biodiversidad, una reciente expedición científica ha resaltado la extraordinaria diversidad de la concesión de conservación Yanayacu Maquia, en Perú. Esta zona alberga algunas de las especies más emblemáticas y raras de la selva amazónica. La biodiversidad de Yanayacu Maquia es un tesoro natural cuya importancia sigue subestimada. Sin embargo, una colaboración entre Envol Vert, Biodiversité Amazonienne y SPYGEN ha recientemente dado lugar a una expedición que ha mejorado significativamente nuestro conocimiento de este ecosistema excepcional.
El núcleo de la expedición fue el uso revolucionario del ADN ambiental (ADNe). Esta tecnología innovadora permitió recopilar datos cruciales sobre la biodiversidad de Yanayacu Maquia, rastreando las trazas de ADN dejadas por los seres vivos en su hábitat natural. El equipo emprendió esta audaz misión aventurándose en los rincones más remotos de la concesión, incluida una de las mayores turberas de la Amazonia.
La expedición se desarrolló en seis días al lugar de los cuatro previstos inicialmente, debido a las imprevisibles condiciones de acceso al bosque. La ruta estaba a veces dispersa de escollos, con ramas y troncos en medio del río, bloqueando el acceso. Había que cortarlas con un machete para poder pasar, o salir de la canoa y arrastrarlas por un largo trecho. Estos imprevistos no disuadieron al equipo de llevar a cabo su misión. Tuvo que enfrentarse a retos como lluvias torrenciales y encuentros inesperados con intrusos que habían entrado ilegalmente en la concesión. A pesar de estas dificultades, el equipo perseveró y consiguió recoger muestras de ADNe de diversos hábitats naturales, como ríos, estanques y humedales.
Los resultados de los análisis de ADNe fueron sorprendentes. Con sólo 12 puntos de muestreo se registraron 388 taxones, de los cuales 163 se identificaron con precisión a nivel de especie, mientras que 225 se clasificaron a nivel de género o familia debido a lagunas en las bases de datos genéticos de referencia. Estas cifras incluyen una sorprendente diversidad de mamíferos, anfibios, aves, reptiles y peces.
Estos descubrimientos refuerzan aún más la importancia de preservar la concesión de Yanayacu Maquia. No menos de diez de las especies identificadas figuran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De ellas, la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) es la más amenazada, ya que está clasificada como «en peligro». Le sigue de cerca el jaguar (Panthera onca), clasificado como «casi amenazado». Otras especies, como el uacarí calvo (Cacajao calvus), el mono de Nancymae (Aotus Nancymaae), la perdiz común (Lagothrix lagotricha), el tapir (Tapirus terrestris), el pecarí barbiblanco (Tayassu pecari), el oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) y la tortuga terrestre de patas amarillas, motelo (Chelonoidis denticulatus) son consideradas «vulnerables». También se ha registrado la presencia de otras especies emblemáticas, como el hoacín crestado (Opisthocomus hoazin) y la raya motoro (Potamotrygon motoro). En particular, se han contabilizado 20 especies distintas de murciélagos, así como 15 especies de ranas arborícolas y 2 especies de ranas de cristal. Además, dada la falta de datos de referencia, un gran número de taxones identificados al género o la familia representan potencialmente otras tantas especies en alto asunto de conservación.
Tal concentración de poblaciones tan diversas es considerable. «El ADNe permite hacer un inventario de la biodiversidad mundial y puede revelar la presencia de especies esquivas o más difíciles de observar por otros medios. Con los métodos convencionales, se habría necesitado mucho tiempo y esfuerzo para reunir tantos datos como los que ha generado esta campaña, sin garantizar un resultado equivalente», afirma Pierre Jorcin, director de proyecto de SPYGEN. Cabe señalar que las áreas de distribución de muchas de estas especies son aún poco conocidas, ya que se han realizado muy pocas observaciones precisas en esta región. Esta iniciativa ha arrojado nueva luz sobre la riqueza de la biodiversidad amazónica.
«Esta expedición demuestra la importancia crucial de preservar estos espacios naturales y de la contribución de la ciencia para comprender mejor y proteger estos frágiles ecosistemas. Es imperativo que sigamos explorando y protegiendo estas joyas de la naturaleza para las generaciones futuras», subraya Lotty Morey, presidenta fundadora de Biodiversidad Amazónica.
El ADNe resulta ser una herramienta inestimable para el estudio y la conservación de entornos forestales como la concesión de Yanayacu Maquia, en Perú. Los resultados de la misión fueron compartidos con las comunidades locales mediante actividades participativas destinadas a sensibilizarlas sobre las cuestiones ecológicas relacionadas con la conservación de la fauna y de los hábitats naturales.
«Los participantes en el proyecto se mostraron muy entusiasmados cuando se les explicaron los resultados de los análisis de ADNe. Grandes carteles con fotos de las especies les ayudaron a aprender sus nombres científicos y a comprender que algunas especies están amenazadas y hay que protegerlas. También se hicieron juegos con los niños sobre el tema de la biodiversidad, para ayudarles a entender su papel en la cadena alimentaria y el equilibrio biológico», explica Marion Imbert, Responsable de Envol Vert en Perú.
Este proyecto innovador podrá servir de modelo para el seguimiento regular y a largo plazo de los ecosistemas amazónicos.
La selva amazónica, uno de los ecosistemas más ricos y preciosos del planeta, sigue revelando sus secretos. Gracias a los grandes avances tecnológicos en materia de conservación de la biodiversidad, una reciente expedición científica ha resaltado la extraordinaria diversidad de la concesión de conservación Yanayacu Maquia, en Perú. Esta zona alberga algunas de las especies más emblemáticas y raras de la selva amazónica. La biodiversidad de Yanayacu Maquia es un tesoro natural cuya importancia sigue subestimada. Sin embargo, una colaboración entre Envol Vert, Biodiversité Amazonienne y SPYGEN ha recientemente dado lugar a una expedición que ha mejorado significativamente nuestro conocimiento de este ecosistema excepcional.
El núcleo de la expedición fue el uso revolucionario del ADN ambiental (ADNe). Esta tecnología innovadora permitió recopilar datos cruciales sobre la biodiversidad de Yanayacu Maquia, rastreando las trazas de ADN dejadas por los seres vivos en su hábitat natural. El equipo emprendió esta audaz misión aventurándose en los rincones más remotos de la concesión, incluida una de las mayores turberas de la Amazonia.
La expedición se desarrolló en seis días al lugar de los cuatro previstos inicialmente, debido a las imprevisibles condiciones de acceso al bosque. La ruta estaba a veces dispersa de escollos, con ramas y troncos en medio del río, bloqueando el acceso. Había que cortarlas con un machete para poder pasar, o salir de la canoa y arrastrarlas por un largo trecho. Estos imprevistos no disuadieron al equipo de llevar a cabo su misión. Tuvo que enfrentarse a retos como lluvias torrenciales y encuentros inesperados con intrusos que habían entrado ilegalmente en la concesión. A pesar de estas dificultades, el equipo perseveró y consiguió recoger muestras de ADNe de diversos hábitats naturales, como ríos, estanques y humedales.
Los resultados de los análisis de ADNe fueron sorprendentes. Con sólo 12 puntos de muestreo se registraron 388 taxones, de los cuales 163 se identificaron con precisión a nivel de especie, mientras que 225 se clasificaron a nivel de género o familia debido a lagunas en las bases de datos genéticos de referencia. Estas cifras incluyen una sorprendente diversidad de mamíferos, anfibios, aves, reptiles y peces.
Estos descubrimientos refuerzan aún más la importancia de preservar la concesión de Yanayacu Maquia. No menos de diez de las especies identificadas figuran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De ellas, la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) es la más amenazada, ya que está clasificada como «en peligro». Le sigue de cerca el jaguar (Panthera onca), clasificado como «casi amenazado». Otras especies, como el uacarí calvo (Cacajao calvus), el mono de Nancymae (Aotus Nancymaae), la perdiz común (Lagothrix lagotricha), el tapir (Tapirus terrestris), el pecarí barbiblanco (Tayassu pecari), el oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) y la tortuga terrestre de patas amarillas, motelo (Chelonoidis denticulatus) son consideradas «vulnerables». También se ha registrado la presencia de otras especies emblemáticas, como el hoacín crestado (Opisthocomus hoazin) y la raya motoro (Potamotrygon motoro). En particular, se han contabilizado 20 especies distintas de murciélagos, así como 15 especies de ranas arborícolas y 2 especies de ranas de cristal. Además, dada la falta de datos de referencia, un gran número de taxones identificados al género o la familia representan potencialmente otras tantas especies en alto asunto de conservación.
Tal concentración de poblaciones tan diversas es considerable. «El ADNe permite hacer un inventario de la biodiversidad mundial y puede revelar la presencia de especies esquivas o más difíciles de observar por otros medios. Con los métodos convencionales, se habría necesitado mucho tiempo y esfuerzo para reunir tantos datos como los que ha generado esta campaña, sin garantizar un resultado equivalente», afirma Pierre Jorcin, director de proyecto de SPYGEN. Cabe señalar que las áreas de distribución de muchas de estas especies son aún poco conocidas, ya que se han realizado muy pocas observaciones precisas en esta región. Esta iniciativa ha arrojado nueva luz sobre la riqueza de la biodiversidad amazónica.
«Esta expedición demuestra la importancia crucial de preservar estos espacios naturales y de la contribución de la ciencia para comprender mejor y proteger estos frágiles ecosistemas. Es imperativo que sigamos explorando y protegiendo estas joyas de la naturaleza para las generaciones futuras», subraya Lotty Morey, presidenta fundadora de Biodiversidad Amazónica.
El ADNe resulta ser una herramienta inestimable para el estudio y la conservación de entornos forestales como la concesión de Yanayacu Maquia, en Perú. Los resultados de la misión fueron compartidos con las comunidades locales mediante actividades participativas destinadas a sensibilizarlas sobre las cuestiones ecológicas relacionadas con la conservación de la fauna y de los hábitats naturales.
«Los participantes en el proyecto se mostraron muy entusiasmados cuando se les explicaron los resultados de los análisis de ADNe. Grandes carteles con fotos de las especies les ayudaron a aprender sus nombres científicos y a comprender que algunas especies están amenazadas y hay que protegerlas. También se hicieron juegos con los niños sobre el tema de la biodiversidad, para ayudarles a entender su papel en la cadena alimentaria y el equilibrio biológico», explica Marion Imbert, Responsable de Envol Vert en Perú.
Este proyecto innovador podrá servir de modelo para el seguimiento regular y a largo plazo de los ecosistemas amazónicos.