Publicado el: 27/02/20233,8 min de lectura

Un paso más en el proceso judicial
contra el grupo Casino,
propietario de almacenes Éxito
y Carulla en Colombia

Contexto:

En 2021 la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) publicó un informe donde se alerta que algunos supermercados en Colombia —como el Éxito— podrían estar vendiendo carne proveniente de deforestación dentro del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete. Por lo anterior, 11 organizaciones ambientales e indígenas de Colombia y Brasil, en donde también está la multinacional, respaldadas en la Ley «Debida diligencia» en Francia, demandaron en el 2021 al Grupo Casino bajo la acusación de comercializar carne vinculada a la deforestación de los bosques amazónicos.

En el marco del proceso judicial, el pasado primero de diciembre de 2022, las organizaciones demandantes rechazaron una conciliación con el objetivo de que el caso continúe su camino y llegue a los tribunales franceses. Con ello se busca un fallo histórico que obligue a garantizar que la cadena de suministro del Grupo Casino esté libre de deforestación en sus filiales en Colombia y Brasil. Además, la demanda solicita que el grupo empresarial pague por los daños cometidos por deforestación y por las violaciones a los derechos humanos a las comunidades campesinas e indígenas. 

Este proceso es importante porque Almacenes Éxito lidera el ranking de las 25 empresas más importantes del sector de comercio en Colombia y se calcula que tienen ocho millones de clientes en el país. Además, porque su propietario —el Grupo Casino— es francés y se rige por la legislación de dicho país. Para ese conglomerado empresarial el mercado latino representa el 47% de sus ventas a nivel global, siendo los número uno de su sector en Colombia y los segundos en Brasil. 

Por su importancia en el mercado que lideran, el Grupo Casino tiene una responsabilidad social y ambiental directa porque su ejercicio comercial en Latinoamérica no solo impacta a los clientes directos de su organización sino también en la forma como se producen los bienes y servicios comercializados en sus instalaciones. 

La demanda pide que el grupo Casino, a través de sus almacenes en Colombia y Brasil, garantice la trazabilidad de la carne de res que vende en sus almacenes

En la actualidad, la legislación colombiana presenta un vacío respecto a conocer el origen de la carne que se vende en los supermercados y los sistemas de información con los que cuentan las autoridades para identificar la procedencia del ganado son anticuados y fáciles de alterar. La cadena de suministro ganadera no cuenta con información suficiente y sus protocolos de registro favorecen algunas actividades ilegales. Para más información, leer el informe de Dejusticia “¿Carne deforestadora? Cuello de botella en el control de las cadenas de suministro de carne bovina en Colombia”. 

Esos vacíos legales y de control, han permitido el desarrollo de malas prácticas ganaderas y ha suscitado preguntas respecto al vínculo que existe entre estas actividades agropecuarias con la pérdida de coberturas boscosas en el país, y sobre quiénes son los responsables.

Es allí donde el proceso contra Casino toma relevancia: motivar a que este importante grupo empresarial —que representa el 17% del mercado de la carne en Colombia—  adopte prácticas que aseguren la trazabilidad total de su cadena de suministro para que esté libre de deforestación, es impulsar la legislación ambiental y promover la protección de los derechos ambientales y los derechos de acceso a la información de los consumidores. 

Paralelo al caso contra Casino, en el Congreso colombiano se tramita un proyecto de ley enfocado a modernizar los procesos de control y producción para garantizar la trazabilidad de la carne de res. Además, la Unión Europea acordó impulsar una nueva ley que prohíba la importación de productos vinculados a la deforestación, lo que impactará directamente la economía y la deforestación en países como Colombia y Brasil.

Buscar un equilibrio entre la acción ganadera y la protección ambiental es la principal motivación de las diversas iniciativas que se adelantan desde diferentes sectores para la modernización de las cadenas de suministro de la carne de res. La pregunta es, ¿cuánto tiempo le tomará al país adoptar medidas que promuevan una ganadería sostenible y libre de deforestación?

Los largos tiempos no favorecen a los bosques ni a la biodiversidad.

Por: Juan Carlos Valencia M.

Un paso más en el proceso judicial
contra el grupo Casino,
propietario de almacenes Éxito
y Carulla en Colombia

Contexto:

En 2021 la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) publicó un informe donde se alerta que algunos supermercados en Colombia —como el Éxito— podrían estar vendiendo carne proveniente de deforestación dentro del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete. Por lo anterior, 11 organizaciones ambientales e indígenas de Colombia y Brasil, en donde también está la multinacional, respaldadas en la Ley «Debida diligencia» en Francia, demandaron en el 2021 al Grupo Casino bajo la acusación de comercializar carne vinculada a la deforestación de los bosques amazónicos.

En el marco del proceso judicial, el pasado primero de diciembre de 2022, las organizaciones demandantes rechazaron una conciliación con el objetivo de que el caso continúe su camino y llegue a los tribunales franceses. Con ello se busca un fallo histórico que obligue a garantizar que la cadena de suministro del Grupo Casino esté libre de deforestación en sus filiales en Colombia y Brasil. Además, la demanda solicita que el grupo empresarial pague por los daños cometidos por deforestación y por las violaciones a los derechos humanos a las comunidades campesinas e indígenas. 

Este proceso es importante porque Almacenes Éxito lidera el ranking de las 25 empresas más importantes del sector de comercio en Colombia y se calcula que tienen ocho millones de clientes en el país. Además, porque su propietario —el Grupo Casino— es francés y se rige por la legislación de dicho país. Para ese conglomerado empresarial el mercado latino representa el 47% de sus ventas a nivel global, siendo los número uno de su sector en Colombia y los segundos en Brasil. 

Por su importancia en el mercado que lideran, el Grupo Casino tiene una responsabilidad social y ambiental directa porque su ejercicio comercial en Latinoamérica no solo impacta a los clientes directos de su organización sino también en la forma como se producen los bienes y servicios comercializados en sus instalaciones. 

La demanda pide que el grupo Casino, a través de sus almacenes en Colombia y Brasil, garantice la trazabilidad de la carne de res que vende en sus almacenes

En la actualidad, la legislación colombiana presenta un vacío respecto a conocer el origen de la carne que se vende en los supermercados y los sistemas de información con los que cuentan las autoridades para identificar la procedencia del ganado son anticuados y fáciles de alterar. La cadena de suministro ganadera no cuenta con información suficiente y sus protocolos de registro favorecen algunas actividades ilegales. Para más información, leer el informe de Dejusticia “¿Carne deforestadora? Cuello de botella en el control de las cadenas de suministro de carne bovina en Colombia”. 

Esos vacíos legales y de control, han permitido el desarrollo de malas prácticas ganaderas y ha suscitado preguntas respecto al vínculo que existe entre estas actividades agropecuarias con la pérdida de coberturas boscosas en el país, y sobre quiénes son los responsables.

Es allí donde el proceso contra Casino toma relevancia: motivar a que este importante grupo empresarial —que representa el 17% del mercado de la carne en Colombia—  adopte prácticas que aseguren la trazabilidad total de su cadena de suministro para que esté libre de deforestación, es impulsar la legislación ambiental y promover la protección de los derechos ambientales y los derechos de acceso a la información de los consumidores. 

Paralelo al caso contra Casino, en el Congreso colombiano se tramita un proyecto de ley enfocado a modernizar los procesos de control y producción para garantizar la trazabilidad de la carne de res. Además, la Unión Europea acordó impulsar una nueva ley que prohíba la importación de productos vinculados a la deforestación, lo que impactará directamente la economía y la deforestación en países como Colombia y Brasil.

Buscar un equilibrio entre la acción ganadera y la protección ambiental es la principal motivación de las diversas iniciativas que se adelantan desde diferentes sectores para la modernización de las cadenas de suministro de la carne de res. La pregunta es, ¿cuánto tiempo le tomará al país adoptar medidas que promuevan una ganadería sostenible y libre de deforestación?

Los largos tiempos no favorecen a los bosques ni a la biodiversidad.

Por: Juan Carlos Valencia M.

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