Esta zona del proyecto, ubicada en el departamento del Cesar, se desarrolla en la región biogeográfica Perijá–Zapatosa, a lo largo de los ríos Maracas, Manantiales y Caño Rodrigo, donde la diversidad de relieves genera una gran variedad de paisajes.
Históricamente, como en muchas zonas rurales de Colombia, la actividad económica ha estado marcada por distintas bonanzas, es decir, periodos de auge rápido asociados a un sector específico (leche, petróleo, café, entre otros). Desde la década de 1970, la principal bonanza de la región ha sido la explotación minera.
Las y los agricultores vinculados al proyecto se dedican principalmente a la ganadería y a la agricultura, recurriendo con frecuencia a prácticas tradicionales como la quema, la disposición inadecuada de residuos o el uso intensivo de agroquímicos. Estas prácticas, sumadas a los efectos del cambio climático y a la deforestación, incrementan la vulnerabilidad del ecosistema y provocan un deterioro ambiental que también afecta los rendimientos agrícolas. Por ello, resulta fundamental proponer alternativas de uso del suelo y promover prácticas sostenibles que permitan compatibilizar las actividades productivas existentes con la conservación del bosque.
A diferencia de otros sitios del proyecto, las y los participantes de Becerril cuentan con extensiones de tierra más amplias, incluyendo varios hectáreas de bosque aún conservado. En este contexto, las estrategias de conservación comunitaria se orientan principalmente a la restauración de las riberas de los principales ríos y a la formalización de reservas naturales de la sociedad civil.
Desafíos del desarrollo local sostenible
Para fomentar modos de uso más sostenibles del bosque, una de las alternativas económicas desarrolladas es la producción de harina a partir del fruto del guáimaro o nuez maya (Brosimum alicastrum). El objetivo es valorizar este recurso local, estimular su consumo y estructurar una cadena de valor completa —desde la recolección hasta la transformación— en colaboración con las y los productores y con la asociación local ASOVECAB (Asociación Verde Campesina de Becerril), creada con el acompañamiento de Envol Vert.
Esta colaboración fortalece la capacidad de acción de una organización comunitaria que comparte nuestros valores y hace posible que las acciones de conservación y las cadenas de valor del bosque tengan una continuidad en el tiempo.
De manera paralela, Envol Vert acompaña la adopción de sistemas silvopastoriles y agrícolas, orientadas a reducir los impactos de la actual degradación ambiental y a preservar los servicios ecosistémicos esenciales que provee el bosque seco tropical.






